La pasión de Toño

Poco a poco voy conociendo más a fondo al especímen con el que vivo. Tampoco es que sea un ser muy complejo. Se fundamenta en tres necesidades básicas. Sexo, bebida y fútbol. De la fijación obseso-compulsiva que tiene por el sexo ya os he adelantado algo. De la bebida...sus monumentales resacas. Y del fútbol ¡madre mía! qué decir del fútbol. Pedazo ritual.

Primero, llamada de rigor, sin muchos preámbulos:

-Tío en mi casa, esta noche, trae cerveza-

Se juntan unos cuantos colgaos y ponen la tele. Es como reunir a las brujas de Eastwick al rededor del aquelarre. Ahí mirando fijamente, sin parpadear, viviendo toda la emoción del previo, como si fuera el partido en sí. Las patatas se comen del suelo y la cerveza se traga intentando acelerar la evacuación de gases por la boca. Y grrreeeeeee...jajajaja....carcajada colectiva. Se sienten bien, son machotes y derrochan testosterona.

Esto sólo es el calentamiento. Empieza el partido. El corazón se les acelera con cada toque del balón. Y no dan tregua a nadie. Gilipollas, árbitro cabrón, gordo de mierda, son algunas de las expresiones más light que pueden llegar a balbucear. Pero ellos son así. Sólo pueden ser ellos mismos cuando están en su hábitat...Y necesitan liberarse de toda la represión que sus personalidades acumulan a lo largo del tiempo que pasan con el sexo contrario.

Lo que más me ha llamado la atención es que el alcohol, al contrario de lo que he leído por internet, no parece afectar a su estado bravil. Son tan gamberros sobrios como ebrios. Al menos estos.

La verdad es que su furor contagia, yo mismo coreé con ellos algunos de sus gritos de guerra. Esto me hizo indagar por la red para conocer más sobre la pasión que despierta una actividad tan sencilla y compleja a la vez. Topé con este vídeo y me gustó.
Ahí os lo dejo.
Yo sigo buscando mi destino de moco.

Football is coming home
Three lions

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